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jueves, 18 de noviembre de 2010

Una botella de ginebra por favor, para aliviar todas mis penas, emborracharse no es la mejor manera de olvidar, pero es la mejor manera que se me ocuurre para intentarlo.
Divertirme en una noche de alcohol en la playa, y de la nada sale el chico de ojos azules, y cuerpo moreno, parece salido de la portada de una revista de los hombres perfectos, me mira... le miro, me sonrie, le sonrio, y empiesa a sonar la cancion que acompaña sus pasos hacia a mi, se sienta a mi lado sigilosamente, y me aparta el pelo de la cara, me pide con la voz suabe que lo acompañe, y pienso, vine a olvidar, olvida... .
Me levanto me coje de la mano y me saca a bailar, la musica que suena es sensual, me dejo llevar, el me agarra de la sintura y mi corazon se agita, la brisa de la playa ase que mi pelo se mueva a su copaz, en mi cara se dibuja la sonrisa picara, la sonrisa que pide que esa cancion no acabe, que ese chico se quede bailando al ritmo de mi corazon, nuestras miradas se crusan, y su boca se tuerse en la sonrisa perfecta, agacha su cabeza a mi altura, y veo como sus dulces labios intentan tocar los mios, despacio y sin prinsa su cabeza baja cada vez mas y mis labios estan a punto de tocar los suyos, y un aorama de dulce melocoton llega a mi, comprendo enseguida que proviene de su boca, y como en un cuento de hadas sus labios llegan a los mios, cierro los ojos y me dejo llevar siento como su suabes labios acarician los mios, mientras sus manos una aguantando mi cabeza, y otra en mi espalda bajando poco a poco.
Una pequeña mordedura en mi labio inferior termino con el beso del chico de melocoton.
Me miro de nuevo a los ojos y con la cabeza iso un pequeño movimiento señalandome a la izquierda una pequeño motel, en su cara la sonrisa picarona que me volvia loca, mire para aquel motel medio abandonado, y mi vista se dirijio otra ves a el, sonrei y lo agaarre de la mano y lo lleve a aquella habitacion solitaria, la locura se desato, su aroma de melocoton recorria toda la habitación, su caracias, me hacian bibrar, la musica de la playa retubaban en la habitación. La pasión, la locura de aquella noche, de aquel chico con aroma a melocoton me volvieron enteramente loca, loca por sentirlo, por besarlo, por amarlo en aquella noche de olvido.
Cuando desperte el chico perfecto se encontraba durmiendo, agarre mi cosas, y sali sin hacer ruido, sin dejar nombres, ni direcciones, ni telefonos, nada que haga que nos encontremos de nuevo.
Fue una noche perfecta una noche que nunca merecera olvidar, por eso nada todo terminaria esa noche, a no se que en un futuro, el chico de olor a melocoton yo nos encontremos de nuevo, para revivir aquella noche en la playa.

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