Nunca tuve tiempo de despedirme, de decirte todo lo que te quería decir, de expresarte todo lo que te quería… Nunca tuve tiempo de leerte la carta que te escribí, pidiéndote que me perdonaras por ser tan cobarde y no querer afrontar la realidad, no querer ir a aquel hospital y ver, no querer ver como dabas tus últimos suspiros, como tragabas la última gota de aire.
Sé que no es suficiente un perdón para que de todo te olvides, ya que te falle, tu estuviste a mi lado en lo bueno y en lo malo, y yo en el momento que mas me necesitabas hui. Pero el miedo de ver como no recordabas mi cara, como no recordabas mi nombre, verte postrada en aquella cama, solo pensar en eso me aterraba, y fui cobarde y aun lo sigo siendo.
Todavía recuerdo ese fatídico día, eran las 6 de la mañana y el teléfono sonó, un sudor frio recorrió mi cuerpo y sin saber la razón me eche a llorar, y 5 minutos más tardes ahí estaba la noticia, el por qué de mis lágrimas, te habías marchado, tu último aliento había llegado.
Y hoy, después de 5 años de tu fallecimiento, sigo recordando aquel error, me sigo maldiciendo por haber tenido miedo y no haberte dicho cuanto te quería, y cuanto te querré.
D.E.P