Cuando el se marcho mi mundo dejo de existir, caí en un agujero hondo y sin final, toda mi existencia era el, y se había marchado, me había dejado, no me quería.
¿Cómo iba a sacarlo de mi corazón? Si me corazón latía por el, toda mi mundo giraba en torno a el, no pensaba nada mas que el.
Y de repente con un solo a adiós, mi mundo y mi existencia desaparecieron, mi corazón dejo de latir, pues el se lo había llevado con su marcha.
Me había prometido que nunca me dejaría, y fallo a su promesa, me dejo de amar como también prometió que nunca lo haría, que me amaría por toda la eternidad.
Pero siempre lo supe, supe que yo no lo merecía, una simple y estúpida muchacha como yo no se merecía a un ángel como el.
Pero todavía por mi venas sigue latiendo sangre que llega a un corazón que desapareció, y ese corazón volvería a latir con sus besos, con sus caricias y sus te quiero, por que soy como una muerta en vida si no tengo su amor.
Se fue y me dejo aquí con una holeada de dolor que nunca se marchitara, no hasta que el vuelva.
Pero prefiero mil veces, este vacío, este dolor antes de que el sea desdichado a mi lado, por que lo amo tanto que prefiero mil veces esto que siento, a sentir que el no es feliz.
Solo le pido al cielo que donde el este, cuide de mi corazón y de mi alma que siempre serán suyos, y que sea ante todo feliz, así hará que por lo menos mi agujero sea menos hondo y menos negro.